El ejercicio intenso y de larga duración (triatlones olimpicos en adelante, medias maratones en adelante, ciclismo de grandes etapas etc) se caracteriza por un aumento en la demanda de oxígeno por
parte
de los músculos esqueléticos. En condiciones
fisiológicas normales, se aumenta la capacidad ventilatoria pulmonar, la frecuencia cardiaca, el volumen sistólico, y el gasto cardiaco acompañado de un aumento moderado de la presión arterial sistólica, la vasoconstricción periférica y la vasodilatación. Estas adapataciones se pueden
mantener en atletas bien
entrenados, pero
en ocasiones
puede
conducir a modificaciones en la pared
ventricular izquierda, modificaciones en la masa miocárdica, etc.
Uno de los primeros estudios, realizado por Douglas en 1987, describía anormalidades en la función sistólica y diastólica después del Hawaii Ironman Triathlon. Los recientes avances en medicina
cardiológica han evidenciado lo que ya se venía investigando en atletas de mediana edad con
grandes cargas de entrenamiento. Con la ecocardiografia doppler y tomografía se han podido valorar las diferentes estructuras del corazón antes
y después del ejercicio con grandes esfuerzos. En todos los estudios
realizados hasta
el momento
, el ventrículo derecho ha revelado signos en cambios estructurales y funcionales. En la mayoría de los sujetos estudiados
, volvieron a la normalidad en un plazo corto de tiempo
. También
se valoró, que los ejercicios de larga duración (a largo plazo) pueden
causar dilatación excesiva del ventrículo derecho del corazón y fibrosis miocárdica.
CONCLUSIÓN
Correr un maratón es un gran desafío para todo el organismo humano. Aunque no hay evidencia de que el ejercicio de larga duración ofrezca efectos beneficiosos para
la salud
y un aumento significativo de la esperanza de vida, la tensión impuesta sobre el sistema cardiopulmonar es extremadamente alta. A largo plazo puede
causar excesivas adaptaciones morfológicas adversas, especialmente en el continuo
crecimiento de corredores aficionados de mediana edad. Estos atletas que se ejercitan en dosis extremadamente altas deben saber y ser conscientes de que hay un potencial aumento del riesgo de complicaciones cardiovasculares. Actualmente, en relación con
el gran número
de varones y mujeres corredores de maratón aficionados, se deben observar las recomendaciones de las directrices actuales para
la Actividad
Física y Salud
Pública. Es esencial realizar análisis médico para evitar complicaciones cardiovasculares agudos y a largo plazo, en la élite jóvenes, así como
en los atletas de resistencia de mediana y de edad avanzada. Incluyendo un estudio
médico ECG del sistema cardiovascular en asociación con el análisis profesional y la planificación del entrenamiento por Licenciados en Ciencias de la Actividad
Física. Para la detección de Accidentes Cardiovasculares, se debe realizar una Prueba de Esfuerzo con el Electro basal (en reposo) + Ecografía Cardíaca.
Se necesitan más estudios para comprender profundamente los efectos agudos y a largo plazo del ejercicio de larga duración, como correr maratones, sobre el sistema cardiovascular con el fin de identificar a las personas en situación de riesgo y desarrollar recomendaciones de entrenamiento individualizados. Parece ser prudente aconsejar el atleta, que se puede
realizar alguna prueba de larga distancia pero siempre bajo
control médico y con las cargas de trabajo
adecuadas a sus umbrales y nivel físico. No sería muy adecuado realizar tres Ironman o cuatro maratones en un mismo año por ejemplo, ya se están viendo casos que el excesivo trabajo
demandado al sistema cardiovascular está
dando lugar a problemas cardiacos antes
de hora. Alteraciones que podrían o no surgir en edades muy avanzadas, están apareciendo en atletas de mediana edad por el excesivo ejercicio físico.