Esteatosis hepática o hígado graso

A través del hígado filtramos todos los nutrientes necesarios para mantener nuestra salud. Allí se crean metabolitos intermedios para acabar de pasar al intestino y finalizar la digestión. Es por este motivo, que es muy importante cuidar nuestros hábitos culinarios.

Las causas que pueden provocar una esteatosis hepática son:

– diabetes

– obesidad

– trastornos metabólicos  como triglicéridos altos, LDL elevado, etc.

– dieta rica en grasas (bollería industrial por ejemplo)

– alcohol

– componente genético. Algunas personas llevan un estilo de vida saludable y tienen hígado graso debido a la mutación de un gen que regula el metabolismo lipídico.

En los últimos años se han disparado la prevalencia, incluso en la población infantil encontramos casos, por lo que es muy importante la educación alimentaria para la salud del futuro adulto. Actualmente la prevalencia es de un 20-30%, lo que supone que 1 de cada 5 españoles lo padece.

 ¿Cómo sabemos si padecemos esteatosis hepática?

Suele ser una enfermedad «silenciosa», es decir, que aparentemente no notas nada raro en tu vida diaria.

Lo ideal es que llevemos un control analítico anual o cada 2 años máximo para conocer nuestro estado de salud general.

En el caso de que aparezcan transaminasas altas (GOT, GPT, LDH) y algún que otro trastorno metabólico (RCC, relación cintura – cadera elevada; colesterol y/o triglicéridos altos, hipertensión, glucosa alta…) aconsejable realizar una ecografía hepática y llevar a cabo las directrices marcadas por el médico.

 ¿Qué consecuencias nos puede acarrear tener hígado graso?

Un porcentaje muy pequeño, por debajo del 5% desarrollan cirrosis y otro tipo de enfermedades más graves, en torno 2% como cáncer o hemorragias.


Prevención

– Dieta saludable y baja en grasas

– Ejercicio físico moderado (3-4 veces/semana)

– No abusar de bebidas alcohólicas

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *