Las enfermedades tiroideas se detectan con una frecuencia cada vez mayor en todo el mundo, sobretodo en las mujeres. Cuando se detecta un problema de tiroides, es común que las personas afectadas sufran cambios de peso involuntarios, debilidad, cansancio y otras alteraciones que disminuyan su capacidad para ejercitarse.
Aunque estés acostumbrado a realizar actividad física, es posible que en el caso de tener una alteración tiroidea, el rendimiento físico no sea el mismo o incluso pueda sentirse mal si se excede en la rutina de ejercicio.
Tipos de tiroides
- Hipotiroidismo: el nivel de la hormona tiroidea es bajo y como el metabolismo funciona lentamente, esto hace que se incremente de peso. El hipotiroidismo disminuye la temperatura corporal, la fuerza y la frecuencia cardíaca. Por tanto, la persona que lo padezca se sentirá cansada, fatigada y con problemas de recuperación tras hacer deporte.
- Hipertiroidismo: el nivel de la hormona tiroidea es alto y por ello, quienes lo padezcan de tendrán un incremento en su frecuencia cardíaca, aumento de temperatura corporal, exceso de sudoración y taquicardias. A la hora de hacer ejercicio, se aconseja practicar de manera leve y dejar de lado las actividades aeróbicas intensas.
Recomendaciones
Quienes se vean afectados por el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, deberían continuar realizando ejercicios aeróbicos moderados para obtener sus beneficios. El paciente con hipotiroidismo al hacer ejercicio disminuiría la sensación de hambre gracias a la segregación de una hormona denominada serotonina.
El tipo de ejercicio que se recomienda es el aeróbico, como caminar, ciclismo, correr, natación, a una intensidad moderada, en un tiempo de 30 a 40 minutos 5 veces por semana.
De todos modos es recomendable que acudas a tu médico para que te indique si puedes practicar deporte o no, dado que si estás tratando esta enfermedad con medicamentos, algunos de ellos podrían ocasionar alteraciones respiratorias y acelerar el ritmo cardíaco.